Reiki es una herramienta de crecimiento espiritual y sanación que trabaja sobre nuestro cuerpo energético.

Físicamente reactiva el sistema inmune, lo que contribuye con la auto-sanación al equilibrar nuestras defensas; en nuestros cuerpos emocional y mental el Reiki ayuda a reestablecer un equilibrio, y así aprender de emociones que nos siguen perturbando por un pasado que aún está pasando o un futuro que nos mantiene llenos de expectativas, lo que a su vez nos estresa, deprime, frustra y angustia. 

Mediante la canalización de la Energía Universal o Reiki,  logramos un re-equilibrio bioenergético.

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Reiki se transmite colocando las manos en puntos energéticos del cuerpo, no obstante, no es necesario tocar a la persona, a menos que exista una fuerte carga o déficit de energía en estos puntos.

 

En la terapia de Reiki también se trabaja sobre los Chakras (centros energéticos que se encuentran en el campo energético de todo ser viviente), lo que es de suma importancia, ya que al encontrarse desequilibrados nos enfermamos tanto a niveles físico, emocional y mental.

 

Constantemente nos vemos afectados por estrés laboral, problemas económicos, familiares o de pareja, y muchas veces no nos sentimos capaces de vivir con estas dificultades, por lo que nos comenzamos a frustrar o angustiar, lo que provoca que nuestro estado de ánimo y nivel energético decaigan y nuestro sistema inmune se vuelve débil. Lo que conlleva a la aparición de enfermedades mentales, emocionales y físicas, las que pueden ser tratadas con Reiki.